El Matrimonio Español

A solo research project completed over the course of months while I was studying abroad in Spain, analyzing why Spain had the second highest divorce rate in the world (in Fall of 2019), despite it’s perception as a catholic country.

EL Matrimonio Español de la época franquista a hoy

Introducción

En España, la estructura de la familia está cambiando. Estos cambios tienen varios factores, y una manera de estudiarlas es estudiar el matrimonio. El matrimonio es significante porque es una tradición en la que podemos ver las instituciones del gobierno, la familia, la iglesia y la historia. Casarse es una manera de cambiar la familia — y cada boda puede significar la unificación de dos familias y el nacimiento de una familia nueva. La práctica del matrimonio es una tradición llena de información cultural — y si la analizamos, podemos ver las influencias y papeles de la religión y la historia. Para mi proyecto, decidí estudiar la intersección entre el matrimonio y la fe para ver como han cambiado las relaciones entre la fe personal, el poder de la iglesia y la familia española en el tiempo después de la dictadura.

Contexto histórico: Matrimonio en la época franquista

Para empezar, es importante entender el contexto histórico de matrimonio y la estructura familiar en España. En Spanish Catholic Church in Franco Regime: A marriage of convenience (La iglesia católica española durante el régimen de Franco: Un matrimonio de conveniencia) , Eugenia Relaño Pastor explica la relación fuerte entre el estado español y la iglesia católica durante la época de Franco. Durante este momento, Franco estableció en el Fuero de los Españoles, Articulo 6, que el catolicismo romano era la religión oficial del estado español; que esta religión tenía la protección oficial; que ninguna persona podría ser perseguido por sus creencias ni su práctica privada de esta religión; y que las ceremonias y demostraciones públicas de otras religiones (no cristianos) no fueron permitidos (Pastor, 280). Porque el estado fue católico, solo las personas que “1. No practicaron ni profesaron catolicismo, 2. Fueron conocidas públicamente de declarar otra religión; 3. Nunca fueron bautizadas como católicas, o 4. Nunca fueron bautizadas como cristianas” podrían ser consideradas como no católicas (Pastor, 282). Estas leyes demuestran el poder de la iglesia —  porque la fe fue mandada por el estado, tenía un papel largo en la vida y la sociedad. La relación entre la iglesia y el estado tenía muchas implicaciones con tal el matrimonio. Como Jose M. Miquel González explica en Sistema Matrimonial Español, todos los matrimonios en esta época fueron canónicos, a menos que las personas fueran consideradas no católicas, o si fueran “cualificadas” para tener un matrimonio civil por el estado (Miquel Gonzales, 142). Por esta razón, los matrimonios, y la población por lo general, fueron más religiosos en esta época, porque el estado mandó la religión y el matrimonio religioso.

Este control del estado y de la iglesia también controlaba las vidas de las parejas y los individuos con respeto al matrimonio y la familia. En La Transformación De Las Familias En España: La Influencia Del Feminismo En Los Cambios Familiares, Inés Alberdi explica que la construcción de la familia fue basada en los valores patriarcales. En la época de Franco, había un énfasis en la idea de una mujer obediente y una buena ama de casa. Esta énfasis se basó en la idea que las tareas “naturales” de la mujer consisten en la reproducción sexual, el cuidado de la familia y el trabajo domestico (Alberdi, 33). Por esta razón, la sociedad franquista exigió el encierro domestico de las mujeres, mientras que sus esposos participaron en el mundo público y económico (Alberdi, 28). El encierro domestico convirtió mujeres en dependientes porque no tenían oportunidades económicas  — como Alberdi nota, “el matrimonio es el pacto que asegura esta dependencia,” (31). En Situación de la mujer en las distintas religiones y ordenamientos jurídicos, Irene Ramos Menadas explica que en esta sociedad también había un énfasis en la idea de una mujer “honesta” — y por eso, existieron leyes que limitaron la libertad sexual de las mujeres (Ramos Menadas,  4). Por ejemplo, los esposos y los padres de una mujer tenían el derecho de matarla si tuviera relaciones fuera del matrimonio, y los contraceptivos fueron ilegales. Fundamentalmente, la existencia de estas leyes mandó que mujeres casaron para tener hijos o relaciones sexuales (Ramos Menadas, 4). Entonces, aunque el matrimonio garantizó la dependencia de mujeres, no había otra manera aceptable de crear una familia (Ramos Menadas, 4). Muchas veces el matrimonio no era igual, la sociedad y el gobierno español todavía exigía que las mujeres, y la gente por lo general, se casaron y tuvieron hijos. De todas maneras, la religión y el estado tenían mucha influencia en la vida de familias, y las decisiones con tal el matrimonio y la familia durante este momento.

Belén y Pilar: Productos de sus épocas

Podemos ver los efectos del sistema franquista cuando hablamos con la gente que vivía en esa época. Para mi proyecto, decidí entrevistar a dos mujeres que vivían en esa época. Una de estas mujeres, Belén, decidió casarse. La vida de Belén se refleja las exigencias y valores de su niñez. Belén nació en 1949 y tiene 70 años. Crecía en Zaragoza, y ella dijo que sus padres eran muy religiosos. Belén y su esposo, Paco, se casaron cuando ella tenía 23 años, en una iglesia católica. Tiene 3 hijos con él, pero sus niños ya han independizado. Ella dijo que aunque se considera una mujer religiosa, su deseo de tener hijos tenía más que ver con su decisión de casarse que su fe personal. Ella dijo que sentía presión para casarse porque no pensaba que había otra manera de independizarse de sus padres, ni de tener hijos. Sus padres nunca se dijeron que necesitaba independizarse, pero ella sabía que fue difícil de ellos mantener la casa llena de sus hijos y que sería más fácil para ellos si ella se independizó. Además, ella quería tener hijos desde su niñez y no podía imaginar teniendo hijos sin casarse, porque “no fue aceptable” en esa época. Cuando ella se conoció a Paco, ya sabía que quería casarse en futuro. Ella pensaba que él fue amable y cariñoso, y cuando ellos se enamoraron, la decisión de casarse con él no fue difícil para ella. Ahora, ella dice que todavía quiere a su familia y su esposo, y está contenta con sus decisiones. Hoy en día, todavía se considera una persona religiosa con una relación personal con su dios, aunque no va a la misa con tan frecuencia como antes porque tiene nietos.

Las actitudes y la vida de Belén reflejan algunas actitudes típicas de la época de Franco. Primero, desde su niñez el catolicismo ha jugado un papel en su vida porque viene de una familia católica, tiene un matrimonio canónico, y todavía se considera una persona religiosa que asiste a la misa a veces. Sus ideas con respeto a matrimonio y la familia también reflejan las normas sociales de su época — por ejemplo, su idea que las mujeres tenían que casarse para independizarse y tener hijos refleja las leyes y la retórica católica. Belén también dijo que sabía que quería casarse y tener hijos desde muy joven que refleja la idea que “la base principal de los Estados [era] la familia, y por tanto el fin natural de todas las mujeres [fue] el matrimonio,” (Ramos Menadas, 2).

Al otro lado, Pilar es una mujer de la misma época que nunca se casó ni tuvo hijos. Pilar tiene 76 años, y ha vivido en Madrid toda su vida. Viene de una familia grande y religiosa, pero es la única hija de sus padres y tenía varios hermanos. Siempre se ha considerado una mujer religiosa — hoy en día, todos sus amigos son los amigos que ella conoció en su iglesia. Pilar nunca se casó, y siempre ha vivido con sus padres o con su hermano que también nunca se casó. Pilar dijo que decidió quedarse solitaria porque nunca sentía que necesitaba casarse — en las palabras de Pilar, “tenía la opción de seguir viviendo con mi familia, y nunca encontré a nadie con que prefería vivir.” Aunque Pilar se independizó de sus padres y consiguió un trabajo en el negocio de su familia, nunca formó su propia familia porque nunca se casó. Su decisión quedarse solitaria tiene mucho que ver con su situación familiar. El hermano con el que ella vivía estaba enfermo a lo largo de su vida, y ella se quedó solitaria para vivir con y cuidar para él. Por esta razón, Pilar dijo que nunca sentía presión familiar de casarse, de hecho, sentía más presión de no casarse. Ella se considera una persona religiosa, sin embargo, la fe no tenía un papel grande en su decisión de quedarse solitaria porque fue circunstancial.

La situación de Pilar es diferente de la situación de Belén, la historia de Pilar también refleja las normas sociales de su época. Pilar viene de una familia católica, y va a la misa a lo menos una vez cada semana — de hecho, su mundo social todavía es basado en su vida religiosa. Pilar nunca se casó, pero todavía podemos ver las exigencias que Alberdi explica en la historia de Pilar; por ejemplo, la que las mujeres debieron quedar en el encierro domestico y cuidar a la familia. Como la única hija, la familia de Pilar exigía que ella cuidaba por los otros miembros (su hermano enfermo), y por eso ella no tenía la oportunidad de casarse ni de crear su propia familia hasta que él falleció — cuando ella era demasiado mayor para tener hijos. A pesar de que Pilar se independizó, todavía vivía con su familia y tenía que hacer sacrificios para ellos.

Aunque Pilar y Belén tenían vidas diferentes, los valores y las exigencias de la familia católica aparecen en las vidas de las dos. Si decidía casarse o no, algunas reglas sociales son obvias en ambos casos. Primero, la exigencia que mujeres se cometieron y cuidaron a sus familias. Segunda, la idea que casarse fue la única manera de tener hijos y formar una familia. Como podemos ver, las vidas y actitudes de Belén y Pilar reflejan las normas sociales de una época que ya ha terminado, y es importante notar que estas normas sociales han cambiado muchísimo en las décadas después de la dictadura.

Una sociedad en transición: La secularización del matrimonio en España en los últimos 40 años

Los cambios sociales con tal el matrimonio y la religión en la segunda mitad del siglo XX tienen dos lados: cambios al nivel legislativo y cambios al nivel social. En 1978, la constitución española estableció la separación del estado y la iglesia (Miquel González, 142). Con tal matrimonio, este cambio de la ley significó que la gente de España no tenía qué probar que no eran católicos para conseguir un matrimonio civil (Miquel González, 142). Desde este momento, podemos ver España ha secularizado muchísimo, pero esta secularización ha venido en partes. Como Mar Rodríguez-Brioso Pérez nota en Familia y opinión pública en la segunda mitad del siglo XX, el matrimonio civil no fue tan común ni aceptada en las décadas inmediatamente después de la dictadura, aunque fue legal, porque los cambios al nivel social tomaban más tiempo y fueron graduales. De hecho, en 1989, 68% de la población todavía estaba a favor del matrimonio católico, y solo 13% estaba a favor del matrimonio civil (Rodríguez-Brioso Pérez, 174). Las cifras nupciales reflejan estas actitudes — al principio de los años 80, solo 94.4% de matrimonios todavía fueron católicos, y bajó a 75.6% en 2000 (Rodríguez-Brioso Pérez, 174). Podemos ver que en promedio, el porcentaje matrimonios católicos bajó aproximadamente ~1% por cada año entre 1980 y 2000. Este implica que el cambio de los matrimonios y las actitudes con tal el matrimonio en la segunda mitad del siglo XX fue gradual, a lo menos, más gradual que los cambios del siglo XXI. En las últimas dos décadas, las estadísticas del matrimonio han cambiado muchísimo, y Antonia Laborde explica esto en el artículo de prensa “La gente te mira raro cuando dices que te casas por la Iglesia”. Ella nota que en el año 2000, 75.6% de los matrimonios fueron canónicos, pero en 2016, solo 22% de matrimonios fueron canónicos — entonces el porcentaje de matrimonios católicos ha bajado 3.3% cada año (Laborde). Cuando comparamos estas cifras con las cifras de los años 1980-2000, podemos ver que en el siglo XXI los cambios con tal matrimonio católico han pasado con triple velocidad. Laborde ofrece dos explicaciones para este fenómeno: la situación económica de la gente joven, y el alejamiento de la gente joven de la iglesia (Laborde). Estas explicaciones solo forman una parte de las tendencias de nuestra sociedad, pero demuestran que España ha secularizado muchísimo en las dos ultimas décadas, y que hemos llegado a una sociedad que vuelve cada vez menos religioso.

La sociedad individualista y secular: Matrimonio por amor

En Una reflexión sociológica sobre la familia actual, Javier Elzo explica el individualismo y el proceso de individualización con tal la vida de las familias en España, que tiene mucho que ver con el proceso de la secularización. Elzo explica que en el siglo XXI, hemos llegado a una sociedad posmoderna, en que hay un enfoco en la individualización en nuestro sistema de valores (Elzo, 7). Los procesos de la individualización y la secularización van mano en mano porque en la sociedad individualista lo más importante es la realización por el individuo, no por una institución (la iglesia) ni por un dios. Por esta razón, vemos un alejamiento de la iglesia en el siglo XXI. Este explica las cifras de Laborde. El título del artículo, “La gente te mira raro cuando dices que te casas por la Iglesia”, demuestra la extensión de este fenómeno, porque en la sociedad tan individualista, casando en una iglesia parece más raro que no. Es importante notar que idea tiene más que ver con la reacción a la religión por lo general que el matrimonio específicamente.

Con tal el matrimonio, el valor del individuo ha creado un ideal del matrimonio por amor, en vez del matrimonio por interés (Elzo, 8). En Ni contigo ni sin ti: Cambios y transformaciones en los roles de género y las formas de convivencia, Jordi Roca Girona explica que el matrimonio por amor se basa en la individualidad, los intereses y la realización de un individuo o un par de individuos. Al otro lado, el matrimonio por interés, o el matrimonio concertado o amor convenido, se basa en la realización y los intereses de la comunidad o las familias de la pareja (Girona, 13). En la sociedad individualista, es mucho más común casarse por los motivos personales, en vez de los motivos de la comunidad. Con la popularidad creciente del matrimonio por amor, vemos una disminución de bodas canónicas. Aunque cualquiera puede casarse por el amor en la iglesia, hoy en día la mayoría de la gente prefiere conseguir un matrimonio civil porque en la sociedad individualista la religión no tiene un papel tan grande. Como podemos ver, la individualización de la sociedad ha cambiado los motivos y la manera de casarse.

La idea del matrimonio por amor es llena de esperanza porque es una manera en la que individuos pueden realizarse. En una de mis entrevistas, hablé con una chica llamada Lucía, y sus opiniones con tal el matrimonio reflejan la esperanza de la ideal del matrimonio por amor. Lucía tiene 24 años, está soltera, y no tiene hijos. Lucía no se considera una persona religiosa, solo dijo que la religión, para ella, tiene más que ver con la comunidad de su iglesia que su fe personal. A Lucía le gustaría casarse en el futuro, porque le gusta la idea de vivir con alguien que le quiere. Ella también dijo que el matrimonio es parte del ciclo de la vida, y quiere compartir su vida con otra persona, en vez de quedarse soltera para siempre. Para Lucía, la fe no tiene un papel grande en su decisión (hipotética) de casarse — y cree que el matrimonio es “una decisión personal dos personas que hacen por sus mismos.” Mi conversación con Lucía refleja el proceso de individualización y secularización. En vez de la religión, el interés personal es el motivo principal para Lucía, y quiere un matrimonio civil por amor. A Lucía le gustaría casarse con alguien que le quiere, entonces es claro que ella tiene la esperanza que pueda enamorarse de alguien, a lo menos por una parte de su vida. Además, es importante notar su idea que el matrimonio es “una decisión muy personal que dos personas hacen por sus mismos.” Esta frase refleja la idea que el matrimonio individualista y el matrimonio por amor sirven los intereses personales de un individuo, o de dos individuos juntos. Es claro que Lucía entiende el matrimonio en la sociedad individualista como una institución cuya función es la realización personal de los individuos. Esta entrevista refleja las ideas teóricas de la individualización y matrimonio por amor, que explican algunas tendencias de nuestra sociedad, pero también es importante notar los efectos de estos sistemas de pensamiento.

Matrimonio por amor: Matrimonio individual y temporal

El matrimonio por amor, es inestable porque “supone que hay sólo una persona en el mundo con la que uno puede unirse a todos los niveles,” cuando el amor no funciona así, (Roca Girona, 14). La realidad es que muchas veces, la media naranja y el príncipe azul no existen, o hay varias personas que pueden tomar este papel. Porque hay un énfasis en el amor como una parte la realización del individuo, la sociedad individualista produce la “monogamia en serie,” en qué personas tienen varias relaciones monógamas, en vez de uno para siempre, porque siempre están buscando maneras de realizarse (Roca Girona, 15). La idea de monogamia en serie tiene muchas implicaciones para el matrimonio. Muchas veces, la gente se casa varias veces o nunca se casa. En España específicamente, el divorcio es común y el matrimonio ha vuelto temporal.

El artículo “Las ‘divorcionetas’ de Madrid: “Si el camión del divorcio se te aparece, será que la ocasión lo merece”, de Manuel Viejo demuestra la frecuencia de divorcio en España hoy en día. El artículo trata de camiones de divorcio en que una pareja puede solicitar un divorcio rápido por 120 euros por persona. Viejo explica que, hace cuarto años, España legalizó el divorcio sin escribano; el divorcio expreso (Viejo). Este divorcio expreso fue necesario porque las cifras de divorcio son tan altas en España; de hecho, en 2017 había 38 divorcios cada día (Viejo). La idea de un divorcio tan rápido y tan fácil — literalmente, un divorcio en ruedas — demuestra que en la sociedad individualista, el matrimonio es temporal. Cuando dos personas se casan por el amor en vez de interés, divorciarse solo tiene repercusiones para un mismo y la familia cercana. En este sentido, divorciarse no tiene tantos riesgos que antes, especialmente si una pareja no tiene hijos, y los matrimonios han vuelto temporales.

La característica temporal e individual del matrimonio por amor puede disuadir la gente de casarse. En una de mis entrevistas, con una chica que se llama Ana y tiene 18 años, demuestra esto. Ana, tiene un novio, no tiene hijos, y vive con su familia. Ella dijo que no tiene ganas de casarse, porque “no [cree] que el matrimonio tiene sentido muchas veces”. Ella notó que “todos se divorcian,” y que la única razón que mucha gente se casa es para tener hijos. Ana no quiere hijos, y cree que para sí mismo, el matrimonio significa un sacrifico de la vida individual que ella no querría hacer por otra persona. Ana siente más presión de independizarse en el futuro que casarse, pero notó que muchos jóvenes no pueden pagar sus propios pisos, entonces quedan con sus padres por mucho tiempo. Ana dijo que no se considera una persona religiosa, y la fe tiene nada que ver con sus decisiones personales. Las actitudes de Ana reflejan su realidad. Hoy en día, aunque mucha gente le gustaría la idea de casarse, no cree que sea tan necesario, especialmente si no quiere hijos. Ana también parece independiente e individualista porque no quiere “sacrificar [su] vida” y su independencia por otra persona. Es importante notar que ella dijo que una razón por no casarse es la alta porcentaje de los divorcios, o la inevitabilidad de divorciarse si se casa. Es claro que Ana ve el matrimonio como algo temporal que no vale la pena. Mi entrevista con Ana demuestra una actitud con tal la temporalidad del matrimonio, y nos deja con una pregunta, ¿si el número de matrimonios sigue bajando, y personas siguen decidiendo que no quieren casarse, cómo van a formar familias?

Otras formas de vivir: La vida sin casarse

Como podemos ver, el matrimonio muchas veces no funciona hoy en día, y por esta razón muchas personas no se casan. El artículo “Cada vez menos bodas, aún menos por el altar,” de Milagros Pérez Oliva habla de la reducción de bodas en los últimos años. Pérez Oliva nota que “en 2015 apenas se celebraron 168.000 bodas, cuando en 2000 fueron 216.000.” Como he explicado, la reducción de bodas en España puede ser explicada por la secularización, la individualización y el cambio de las normas sociales. Además de estas causas, Pérez Oliva culpa la situación económica — que hace que la gente joven no puede independizarse debido a sus situaciones financieras. Pérez Oliva también nota la evolución cultural con tal la libertad sexual. A contraste a la época de Franco, en la época actual el matrimonio no es necesario para tener relaciones sexuales ni hijos. A través de las épocas después de la dictadura, “el matrimonio y la maternidad han empezado a ser opciones … sobre las que pueden elegir” (Alberdi, 35).  Hoy en día, muchas parejas pueden convivir y tener hijos sin formalizar sus uniones, y la realidad es que muchas veces, las personas no sienten ninguna presión de casarse (Pérez Oliva). El artículo refleja la situación actual del matrimonio en España. Al contrario de la época franquista, en que la sociedad exigía que la gente se casaba y tenían hijos, ahora no hay tanta presión social de hacer estas cosas, y también hay varias maneras de hacerlos. En España, existe el concepto de la “pareja de hecho,” o una pareja que nunca se casa, pero puede tener reconocimiento legal (Elzo, 5). Este tipo de unión ha aumentado de popularidad en las ultimas décadas. Con tal tener hijos, no es tan necesario casarse para tener hijos como antes. Aunque “el 84 % de los españoles (aunque solamente el 77 % en los que tienen entre 18 y 24 años) afirmaban el año 1999 que “el niño necesita un hogar con un padre y una madre para crecer felizmente,” no es tan necesario que estas padres están casados (Elzo, 6). Es cada vez más común tener un hijo fuera del matrimonio tradicional entre un hombre y una mujer —  por ejemplo, una pareja homosexual, una pareja de hecho, o un individuo pueden tener hijos (Roca Girona, 21). Estas tendencias demuestran el desarrollo de la sociedad individualista, porque en teoría, si una persona sola quiere tener hijos sin casarse, puede. Entonces, el matrimonio muchas veces solo sirve como una formalidad para la realización individual, y no es necesario.

Conclusiones

Como hemos visto, la relación entre el estado, la fe personal, y el matrimonio ha cambiado completamente desde la época de Franco. En el pasado, la iglesia y la fe personal tenía muchísima poder en el matrimonio y la familia. Durante la dictadura, no había ninguna separación entre el estado y la iglesia. Esta falta de separación significaba que los valores católicos dictaron la familia al nivel social y legislativo. La ley y las exigencias de la sociedad trabajaban juntos para asegurar de que la gente se casaba de una manera católica y tenía hijos. Esta estructura de la familia, tan predominante en esta época, dependía del encierro domestico y la dependencia de las mujeres, y podemos ver los efectos de esto en las vidas de personas que nacieron durante esta época. Aunque las vidas de las personas de esta época con que hablé son muy diferentes, es claro que las dos son integradas con los valores de la sociedad franquista. Estas mujeres están contentas con sus decisiones, sin embargo es importante notar que la iglesia, el estado, la familia y la presión social tenían impactos e implicaciones en las decisiones con tal las vidas de las dos.

Hoy en día, vivimos en una España que es completamente diferente. A través de la segunda mitad de siglo XX, España ha llegado a ser más secular e individualista. Aunque este cambio empezó lento en la segunda mitad del siglo XX, en las últimas dos décadas España ha vuelto cada vez más secular e individualista. Hemos visto que estos dos procesos van mano en mano — porque la sociedad ha dejado de enfocar en la comunidad e institución religiosa, y ha empezado a valorar el individuo. Estos dos procesos tienen varios efectos con tal los papeles de la religión, el estado, la familia y la presión social en el matrimonio. Ahora, menos personas se casan, y si se casan usualmente se casan por amor fuera de la iglesia, porque el individuo es la cosa más importante de nuestra sistema de valores. Hay una idealización del matrimonio por amor y realización individual que muchas veces fallece. De hecho, matrimonio ha vuelto temporal. Por esta razón la estructura de la familia sigue cambiando. Como el matrimonio ha llegado a ser algo temporal, no es necesario para la formación de la familia y la sociedad se acepta más formas de familias que antes. Ahora, la iglesia no tiene tanto poder y muchas personas, como las chicas con las que hablé, no se consideran tan religiosas como antes. Entonces, en nuestro mundo actual todo se basa en el individuo, y no parece que el estado, la iglesia y la familia tengan tanto que ver con nuestras decisiones.

Como podemos ver, hoy en día no parece que las instituciones tengan mucho que ver con nuestras decisiones con tal la familia y el matrimonio, pero esto no es para decir que existimos fuera de la influencia de las instituciones. En la sociedad individualista, es fácil pensar que cada decisión viene del individuo, pero la realidad es que las instituciones todavía toman un papel importante en establecer lo que es permisible, y lo que no es permisible. Esto no es para decir que las instituciones controlan la gente completamente, pero siguen teniendo influencia en nuestras decisiones. Es verdad que hemos alejado de las instituciones y tenemos más opciones para formar una familia que antes — pero el matrimonio y la familia española no es una batalla campal. Aunque las instituciones y la sociedad española ahora permiten más formas de familias, todavía existen maneras de convivir, casarse y reproducir que no son permitidos — por ejemplo, la poligamia y el incesto. Esto demuestra que aunque vivimos en una sociedad individualista, las instituciones siguen influyéndonos de una manera.

Para concluir, hemos visto un movimiento de cambio en España — que ha vuelto un país menos católico y más individual. Estos cambios han afectado la sociedad por todas partes, y el matrimonio solo es una manera de analizar estos cambios. Hemos visto cómo el matrimonio sirve para analizar la sociedad por lo general, porque en el matrimonio podemos ver los papeles de la religión, el gobierno, el género, la familia, y ahora el individual. En el futuro, es posible que el matrimonio pueda volver menos importante para la formación de la familia, porque vamos acercando la realización personal y alejando de, pero no ignorando completamente, las instituciones que todavía nos influyen.Bibliografía

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